sábado, 19 de enero de 2013

Un recuerdo del maestro Borocotó

1902. Nace en Montevideo, Uruguay, Ricardo Lorenzo (Borocotó), periodista y autor de libros teatrales y cinematográficos.

El Mundial 2002 me dio el honor de hacer amistad con un maestro del periodismo al que había leído tantas veces en El Gráfico: Emilio Laferranderie, El Veco, un clásico de esa vertiente de la literatura que es el periodismo deportivo bien escrito. 

Una tarde, en el Centro Internacional de Prensa en Yokohama, Sergio Levinsky, Walter Hugo García, Fabián Rozo, Jorge Barraza, este columnista y otros colegas nos reunimos a su alrededor para hablar de fútbol y tango, dos especialidades de las que es maestro. 

Alguien le habló de Ricardo Lorenzo, el inolvidable “Borocotó” de tantas bellas notas y de las célebres “Apiladas”, columna llena de humanismo en la que se reflejaba su vena purísima de incomparable periodista.

“Borocotó murió el 19 de junio del 64.

En mi vida es un personaje inolvidable del que aprendí tantas cosas” nos dijo El Veco. Le recordé la crónica funeral que escribió en El Gráfico. Miró sin ver hacia un punto lejano, transido de nostalgias, y nos contó: “Constancio Vigil me llamó apenas murió el maestro y me dijo: un uruguayo tiene que despedir a Borocotó.

Haga usted la necrológica. El título fue “Una lágrima sobre El Gráfico”. No pudo seguir. Cuando bajó la mirada un río de lágrimas bañaba su rostro y una emoción infinita le estrujaba el alma.

Ricardo Lorenzo, el Borocotó genial al que conocí por las películas cuyos guiones él escribía. No sé cuántas veces lloré con los dramas de El Crack, Con los mismos colores y con la vida angustiosa de “El Comeuñas”, aquel personaje infantil que siguió viviendo luego en las “Apiladas”.

Hoy Borocotó es una postal embellecida por el tiempo, un tiempo en que el periodismo exigía darle un tono humano a la nota deportiva.
 
En Costumbrismo

En “Carnavalesca”, Fray Mocho desliza la crítica social, al afirmar que a la doméstica gallega, la patrona la explota. De la abusadora señora dice el personaje: “se aprovecha de que sos d’España para sacarte el jugo por unos cuantos centavos”. El retrato que hace del temible gallego hermano de la joven, es despectivo, ya que pone en boca de la doméstica este concepto: “Yo lo conozco a mi hermano y sé que a bruto y terco no le han de ganar muy fácil...” (1).

Félix Lima es el autor de “Otra vez en la milonga, trágico doblete”, artículo en el que incluye su “Carta pra alá” (2), la cual manifiesta una actitud negativa hacia los gallegos:

“ ‘Señora Guesusa Pérez de Jarcía y Jrejores.
‘Viju.
‘Querida prima:
‘Por aquí con a jerra, nos ponemus jordus, pues o que no suben os mayoristas, os subimus nosotros, por más que el jobiernu aprieta el torniquete a los especuladores y el hornu no está para janancias desmesuradas, pero tú sabés que aquí como en Lojroñu, en Londón como en Juacintón, en Hamburju comu en Ríu de Ganeiro, echa a ley, echa a trampa.
‘Te comunico una noticia que te llenará de gubilu: primu Jabriel ya sentó plaza de rentadu en el ayuntamiento, pues el concegale Iñiju, pariente leganu de tíu Jaspare, le consijió esa canonjía, 160 pesiñus mensuales, con gubilación y otros previleguius, con a única condición de votar siempre por los amijotes del susodichu Iñiju.
‘Primo Jabriel Sánchez Jerra ya maneja el escobillón edilicio con jarbu y empuga a carretilla con donaire, y en cuantu al uniforme, llévalo con elejancia que se la envidiaría Eduardu de Juinsur, ese tipo yoni que para mí tein guente en a azotea.
‘Deseamus que a jerra sea larja para convertir nuestra actual despensiña en almacén por mayore, con siete camiones de repartu.
‘Cariñus pra ti y para todos de tu prima que gamás te olvida-
Benita Fuentes de Sanjrador”

Un galleguito aparece en un texto costumbrista (3) de Ricardo Lorenzo (Borocotó), sosteniendo este diálogo:
“-Uno debe cantar bajo y otro alto –aconsejó El Galleguito”.
“-¿Alto como las montañas de tu aldea? -¿Te juego a quién las tiene más altas?... El día que vengas a mi provincia te vas a agarrar un empacho de montañas... –interrumpió Rompehuesos, que jamás transaba en que hubiera montañas más altas que las de sus pagos. Hasta decía que las de la geografía estaban mal medidas”.

Notas
1 Alvarez, Sixto A. (Fray Mocho) Cuentos. Buenos Aires, Huemul, 1966.
2 Lima, Félix: “Otra vez en la milonga, trágico doblete”, en Caras y Caretas, Año XLII, N° 2137, Buenos Aires, 23 de septiembre de 1939.
3 Lorenzo, Ricardo (Borocotó): “El Diario de Comeuñas”, en R. Arlt, R. Gache, Borocotó y otros: El costumbrismo (1910-1955). Buenos Aires, CEAL, 1980. Pág. 37. (Capítulo, vol. 68).

Fuente:http://www.nacionalypopular.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2423

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